¡¡HOLA A TOD@S!! Hoy soy yo Paula, quien os voy a hablar
sobre mi experiencia como voluntaria en EISE.
Aunque
mi experiencia como voluntaria ha sido breve, ya que el voluntariado duraba
solo el mes de julio, quiero compartir con tod@s vosotr@s mi breve, pero
gratificante experiencia con niños y niñas.
EISE
(Equipo de Intervención Socioeducativa) es un programa de apoyo escolar, de
carácter preventivo y que está dirigido a menores de entre 5 y 14 de años de
edad. Se enmarca dentro del Departamento de Servicios Sociales que
promueve el bienestar en infancia, juventud y familia, desarrollando acciones
preventivas y de atención. Concretamente, yo estuve de voluntaria en el
municipio de Leioa (Bizkaia).
Aunque durante el curso
escolar sí que hay voluntarios/as que apoyen a niños/as en sus estudios, en
verano ya no hay colegio, por lo que durante el mes de julio se realizan
diversas actividades de tiempo libre como visitas (ej.: visita a fabrica Vikrila),
ir a la playa, a la piscina, hacer skate, gymkana… Estas actividades son
gratuitas y están dirigidas a aquellos/as niños/as (entre los 4 y 14 años
aproximadamente) cuyas familias no pueden permitirse económicamente aquellas
actividades realizadas también en verano, pero que son de pago, como es el caso
del programa UDA, impulsado por el ayuntamiento de Leioa. Este programa también
realiza diversas actividades (talleres, excursiones, distintos juegos…) durante
el mes de julio, para los y las niños/as del municipio de Leioa.
Mi primera experiencia
como voluntaria fue muy enriquecedora, además de porque me gustan mucho los/as
niños/as, también porque aprendí muchas cosas de ellos/as. Me aportaban
energía, vitalidad, positividad, mucho cariño, diversión, dulzura, y un sinfín
de aspectos positivos más. Fue una vivencia en la que tanto ellos/as como
nosotras nos retroalimentamos mutuamente. Sí, he dicho “nosotras”, ya que
solamente estábamos mujeres y más concretamente, 4 voluntarias y una educadora
social. En este sentido, he de decir que algunas veces éramos 3 voluntarias,
puesto que faltaba alguna de ellas. Pero éramos suficientes para la cantidad de
niños que había, en tanto que la primera quincena de julio iban los niños más
mayores (de 9 a 14 años aproximadamente), mientras que en la segunda los más
pequeños (de 4 a 8 años aproximadamente).
Aunque fueron muchas las
actividades que realizamos, no en todas me lo pase igual de bien, pero en todas
aprendí algo de cada uno de los y las niñas (ej.: virtudes, actitudes,
comportamientos, personalidad, carácter…). Además, por lo general el ambiente
entre los/as niños/as fue bastante bueno. Sí que es cierto que hubo alguna
discusión como es lógico, pero nada fuera de lo normal.
En definitiva, fue una
experiencia que volvería a repetir, ya que me divertí mucho con ellos/as.
Además, una de las tantas cosas buenas que tienen los/as niños/as es que
cualquier actividad que se les plantee de improvisto y suene divertida, de una
forma u otra siempre lo agradecen.
Fuente: Fundación Vicrila (2015).
Fuente: Fundación Vicrila (2015).
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